Naturaleza para sanar

Reflexión acerca del bienestar que nos produce la naturaleza, un jardín, inclusive una planta.

NATURALEZA

Yuriria

8/3/20241 min read

Es innegable nuestra atracción por la naturaleza, más alla de lo racional, nuestro cuerpo se siente hechizado por un lugar donde las plantas nos rodeen, nos acompañen en la vida cotidiana, aún si solo vamos por una taza de café. Sobre todo si abrimos la puerta de nuestro patio y aquellos seres de hojas nos reciben. Al observar un paisaje verde, nuestro estado emocional entra en calma, nuestro corazón se desacelera, respiramos con más profundidad. De alguna manera, nos sentimos en casa.

Habitar la naturaleza es un llamado más allá del tiempo, de algo que dejamos atrás sin darnos cuenta, y cuando integramos nuestra cotidianidad a ella, comienzan a despertar nuestros sentidos. Y eso, es comenzar a sanar, con la belleza, con la pureza de su presencia, porque entra por nuestros ojos, nariz, oídos, la tocamos, la saboreamos. Comprendemos lentamente cuál es nuestra relación con la naturaleza. Y podemos sentarnos en el jardín o el parque, en algún prado que se haya cruzado en el camino y verlo madurar, llenarse de hojas, aromas, colibríes y quizás aprendamos a madurar con él.

Existe la posibilidad de experimentar el jardín, como un microcosmos que nos ayude paticularmente en este viaje de autoconocimiento e integración.

Si comienzas con este viaje te conocerás mientras lo construyes.

Y como menciona Santiago Beruete en su libro Jardinosofía, el jardín es una escuela en la cual cultivaremos:

El Desapego

La Constancia

La Paciencia y

La Esperanza

Yuriria